Luz y tiniebla

Quitarle su envoltorio dorado a la tarde otoñal,
y fabricar con él los hilos oscuros de nuestra armadura.
¿En qué profunda distancia se librará la guerra que nos devolverá
a la paz?
¿Bajo qué luz de primavera nos hemos de despertar?

Trama cotidiana

Las huellas de tus pasos son borradas en la noche

por una luz parida por astros ausentes,
ya no podrás retomar el camino

sólo podrás retornar al sol autómata de cada mañana.

La eternidad inmóvil se asoma a tu ventana,

acaso su travesía estática te obligue a soltar

aquellas imágenes fantasmas.

¿Dónde está la vida que sobre la pendiente de tu mirada se resbala?

El viento trata de poner orden en la trama que se desgrana.

Lugar seguro

Retrocedo con los pies fríos hacia el precipicio
puedo ver que el mundo recién comienza allá en el despeñadero;
a punto de caer, la vida da un salto
hacia el horizonte recién dibujado por un dios manco.

Trapecistas somos
elegantes y austeros caemos hacia adentro;
en nuestro interior el tiempo se detiene o comienza,
solo allí estaremos seguros.

Estático

Las hojas de los árboles caen como lluvia oscura
sobre la tierra adormecida por el embrujo del sol,
esta tarde nadie las recogerá,
todos se han ido,
¿quién escondió el reloj?
Más allá del día el tiempo agita sus cabellos de serpientes
y se despoja del ruido permanente que hace el río en su interior.
El horizonte solitario enciende sus lámparas
para iluminar el vacío,
no hay presencias en este espacio
solo hay distancia en esta oscuridad.

Exiliados del tiempo

Henos aquí desterrados,
exiliados del tiempo
y su blanco porvenir.
Estamos solos entre barcos que se alejan;
La noche es un puerto estático
abandonado por el devenir.