¿Alzaste los ojos para retener
en tu retina los sueños del sol?
Ellos se desvanecen,
como la voz etérea que alguna vez te llamó.
El esqueleto de la luna atemoriza al sol.
Tus manos, como copas inmensas, reciben el mañana
y doblan las camisas del pasado con amor.
Abre los ojos:
todos los astros, desde el espejo, te observan.
Sabes que el sol soñó contigo,
y que su sueño es premonitor.
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