miércoles, 3 de abril de 2019

Le roman de la rose



Él cerró los ojos y con ello
los relojes de su infancia apagó;
¿acaso una mariposa negra en su cama se posó?
Aquel sueño alegórico vendría más tarde
-en la medianoche-
se diría que del espejo brotó.
El jardín con su llamarada de azucenas,
espejos y crisantemos lo asustó,
¿es este un sueño o el ángel de mi devoción?,
pensó...
Entonces la Esperanza y el Pensamiento nocturno
tocaron con una flor su corazón.
¡Bailemos la danza del tiempo
cogidos de la mano y con la noche brillante
en nuestro pecho dancemos con los minuteros
del reloj!
En el tercer giro la vio y un árbol
fue parido por su corazón.
Era la rosa, con su producción
de espinas,
y ese rojo que no sabe que es rojo
pero conoce la pasión...
¨Debe tener un ángel dentro-él pensó
un ángel caído-le repitió la Razón.
Es mejor encerrar el tiempo en una torre-
Peligro insinuo...
El amante con la cintura en llamas
tendido en la mitad del sueño
como un cristo crucificado
gritó: ¿quién le pondrá el cascabel
al dragón del amor?
La rosa con sus pies de seda nevada
se acercó...
Abre los ojos amante mío;
pasado, presente, invisible
empieza la siega de trigo en tu corazón.






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