El fantasma de Ofelia plantó la semilla de una flor,
para que la luna llena brotara del sol.
Desde su lecho-río se levantó,
y con su danza deshojó la tristeza de su estrella-flor.
Little sad lady, I saw you.
¡Yo te vi remando sobre la arena del desierto,
con tu obstinada cruz!
Danza, Ofelia, con tu corona de flores,
y esos clavos en tus manos, fabricados por el sol.
El río nos deja ver los primeros brotes del desierto;
el bello fantasma, con los ojos cerrados, los regó.
La flor deja errar al sol
y busca crecer hacia adentro,
para fabricar en la oscuridad más profunda
su futuro esplendor.
Viene la noche, sueña la luna,
pero no olvides el sol.
Danza, Ofelia, dile adiós a la lucha de tu corazón;
dile adiós a la artillería del tiempo
y a la metáfora de su río sin dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario