Tuviste el coraje de avanzar,
a pesar de haber olvidado
el nombre de la luna y el sol.
Domaste tus sueños
y embrujaste las olas del mar
y embrujaste las olas del mar
con tu dolor.
Te inclinaste lentamente
y soplaste sobre tu pasado.
—Rota en mil pedazos
una estática ilusión—.
Pisaste como un león
y calculaste la distancia
para impulsar tu corazón.
De la lucha suave
surge algo…
Olvida las penas
y seca las heridas del corazón.
Soldado, hoy estás sucio,
pero limpio el honor.
Los leones se domestican
con paciencia y con hambre
en el corazón.
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