"Era fea, y yo la amé; amé perderme, amé mi caída, no aquello en lo cual caía, sino la caída misma".
(San Agustín)
Caer del árbol
soltarse
como una hoja más.
Perderse,
olvidar,
propiciar
el roce con el aire.
Precipitarse
de la silla,
liberarse
y amar,
amar la caída;
y como lluvia caer
caer,
en la profundidad
del mar.
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