Padre, ¿qué es aquello que no regresa? y,
¿dónde está?
Las olas, la arena y su orilla acaso lo sabrán;
padre, un gesto definitivo y pulido de ausencia te indica el camino
sobre la línea que separa la luz de la tiniebla te he visto avanzar.
Las gaviotas fabrican la distancia entre el cielo y el mar,
bajo sus alas de plata la mecánica del agua comienza a girar;
¡Padre nada vuelve! Todo es otra cosa entre la arena y su sal.
Tu memoria, la hermosa luz de tus recuerdos,
ese sol irrepetible que almacenaba tu cielo jamás ha de retornar.
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