viernes, 21 de octubre de 2011
Pez dorado
Sobre el desierto claro los horizontes se borran,
sólo hay una enorme amplitud,
¿Qué objeto habrá de sostenerme?
cierro los ojos, una pequeña fuente brota de mis manos,
un pez dorado en su interior se enciende,
¿De donde surges luminosa criatura oceánica?
El desierto de oro no ha de ser tu hogar,
vengo de ti- me dice-y sin embargo, aún no me descubres,
soy el rincón más quieto de tus profundidades.
No entiendo sus palabras, ¿qué accidente de voz vendrá por mi?
Los horizontes vuelven a posicionarse
intentan darle soporte a mi mirada,
Marcho en busca de sus palabras
sobre la dorada arena que me devolverá a otra madrugada.
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