Hay una aguja pequeña que da puntadas sobre tu corazón,
se hunde luminosa como la espina en la carne.
Busca el centro. No encuentra,
y borda una sombra extraña en tu corazón.
La aguja provoca un dulce dolor,
como la lejanía de un amor distante
cuando en la noche se nos oculta la razón,
y el tiempo se llama amor, amor, amor...
Eres el único que siente esta herida pequeña,
el único que recuerda su oscuro dolor.
Su bordado se estampa en la fina túnica de tus años,
como esas manchas en la superficie de la luna.
¿Será que sólo el dolor quita el dolor?
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