Siempre caía.
Como una piedra caía sobre la mañana,
también caía sobre él, sobre su ser;
y cuando contemplaba las olas
caía sobre el mar;
Tal vez su profundidad la encontraba en ese trayecto
que la obligaba metafóricamente a saltar.
En caída libre caía,
y pensaba: ¡Oh Sr. Newton
la vida es un tributo a la gravedad!
Aún sigue cayendo
pero ya no como piedra sobre el mar,
sino como una pluma luminosa
sobre una vacía ciudad.
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