Perdona al tiempo,
no importa que todas las heridas caigan sobre ti
y te cubran,
Perdona en el destierro
cuando todos los barcos se hayan ido
y las aves migratorias dejen de amar tu ciudad natal.
Perdona al tiempo
y a su frío corazón,
porque con tus manos pequeñas
de todas maneras alcanzarás el sol
en el escenario helado de la sucesión.
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