jueves, 6 de noviembre de 2025

Andante, moderadamente lento

 


Percibes un movimiento musical
en el fondo del espejo.
Te reconoces lento,
—al compás—.

Las manos en las mejillas,
repites la verdad:
las palabras no lograrán
revelarte del todo, jamás…

Vamos, mi andante: el tiempo es un silencio

que a mi te acerca,
—y quizás algo más—.
El devenir modela
la música de tu abismo personal.

Llevas en el pecho un reloj de péndulo;
su vaivén, un día, te quebrará,
—como la superficie del más fino cristal—.

Ir y venir sobre las cuerdas de los días,
con el clarín de la victoria danzar…
¿En la superficie de qué aguas te reconocerás?
Andante, moderadamente lento:
las horas, los espejos,
y el silencio de las almas en su altar.

 

 


martes, 4 de noviembre de 2025

Filtración de aguas doradas...


 

Hay una fuga de agua
en mi corazón;
algo así como una gotera insistente
cayendo en mi interior.

Primero fue la humedad,
como un manto de lluvia,
cubriendo las paredes de mi corazón;
luego, esos cristales dorados
brotando en todo su esplendor.

Esta humedad es hija de una flor de lluvia...
¿Has visto su vapor?
Oh, señor,
hijo de las aguas del sol,
váyase despacio con este corazón.
¿No ve que ha crecido demasiado el musgo,
con sus verdes fantasmas sin redención?

¡Señor de aguas doradas, escúcheme!
La humedad se está extendiendo...
¡Y yo quiero salir, a pesar de la lluvia,
caminar a través de los campos de su sol!

 


lunes, 3 de noviembre de 2025

Caracol

 


Caracol, caracol,
¿qué viste en el esqueleto del sol?

Caracol, el tiempo es un suave cascarón
que te acerca al centro de una magnética flor.

Caracol, llama dorada,
¿apagarás o encenderás tu farol?

 

Caracol,
¿de quién te escondes?
¿De la eternidad o del sueño estático del sol?

 

Caracol, caracol,
¿qué tan oscuro es tu corazón?
Dime, ¿de qué color es la sombra de tu huella?
Cuéntame, ¿en qué lugar se hunden las raíces del sol?

 

Caracol, ¿es un sueño tu coraza,
o es un sueño tu dolor?
Extraña criatura, mundo eterno y pequeño,
tu corazón oscuro sueña con la luz del sol.

 


jueves, 30 de octubre de 2025

Disco blanco

 


Dentro de tu espejo
gira el recuerdo de la nieve,
del frío que sentiste en la oscuridad.

Mansas palabras brotan de tus labios
y amedrentan el avance de la soledad.

La mirada fija en el horizonte;
se agiganta la visión de la eternidad,
luego se desvanece,
cuando apagas la verdad.

Aunque me oculto en la solidez del sol,
alguien avanza a mi lado,
portando en las raíces blancas de sus manos
el disco blanco de la soledad que le he dejado.

 


martes, 28 de octubre de 2025

Perséfone

 


Recogí una rosa,
luego un lirio,
más tarde un clavel.
¡Oh, tú sabías bien

que nuestro tiempo era una flor blanca
en un vaso de papel!

En la llanura de Nisa, desde tu lejanía,
me viste los ojos de los sueños rasgar.

Desolado, cansado de tu reino de muertos,
te apoderaste de mi fragilidad.

Transformada en luz oscura,
arrastrada hacia tu oscura eternidad,
besé tu corazón helado,
envuelto en una frágil claridad.

Me dijiste: “No necesito perseguirte,
ni nunca podrás escapar.
Mi reino es tu reino; fortaléceme,
eres mi infancia antes de la muerte,
antes de la vida... nunca morirás”.

Solté las flores, y te dije:
“Eres mi enemigo, mi ausencia será tu soledad.
Ahora puedes cerrar los ojos
y aceptar tu oscura fragilidad.
Mañana mi madre inventará la primavera,
y el horizonte me verá regresar”.

 


viernes, 24 de octubre de 2025

Vasallo del sol

 


Caballero,
la calidez de tu silencio
sobre la llanura dorada de mis sueños.

Mi deseo de atrapar
la armadura en péndulo del sol;
acaso tu ocaso caiga sobre un espejo romano,
antiguo, brillante,
pulido por las tristezas del sol.

Caballero,
¿tus vasallos son la luz y el silencio?
¿Tu feudo, el infinito oculto en una flor?

La dama de Shalott, desde su barca, te susurra:
La única fidelidad que perdura
en los océanos del tiempo
es la del sol.


jueves, 23 de octubre de 2025

El bordado fino de tu corazón

 


Hay una aguja pequeña
que da puntadas
en la superficie de tu corazón;
se hunde luminosa,
como la espina de la rosa en la carne,
cuando la mano quiere acariciar.

La aguja busca el centro.
No lo encuentra,
y borda una sombra extraña
en los bordes de tu corazón.

Cada puntada provoca un dulce dolor,
como la lejanía de un amor distante,
cuando en la noche se oculta la razón
y el tiempo se llama amor, amor, amor...

Eres el único que siente
esta herida de extraño color,
el único que recuerda su oscuro dolor.
Su bordado se estampa en la fina túnica de tus años,
como esas manchas en la superficie de la luna.

¿Será que sólo el dolor quita el dolor?