Cuando los recuerdos dejen de ser la lluvia,
y el sol hacia un jardín secreto nos conduzca;
el destino trazado en vertiginosos círculos de arena
se dispersará en infinitas y relucientes partículas;
entonces el mago murmurará:
No te pierdes, te enredas en tu humanidad,
como marioneta en hilos invisibles,
el titiritero no mueve estos hilos,
sólo los dibuja en la arena.
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